El tiempo que se dedica al aspecto psicológico en los entrenamientos es escaso. De ahí respuestas de los entrenadores como: “nada”, “un ratito”,
“poco”, “según vea”, “no sé”... La experiencia y las estadísticas me dicen que el tiempo medio dedicado a aspectos psicológicos es de aproximadamente 30 minutos
semanales, lo que representa un 10% del total del entrenamiento. Por tanto el otro 90% se divide entre los conceptos técnico-físico-táctico.
No nos damos cuenta que el resultado final viene dado
a la concentración, a la madurez, y al aspecto mental de los jugadores, para poder captar
justamente todo ese 90% restante. Por tanto se debería tomar más tiempo en el trabajo psicológico para sacar un mayor rendimiento a ese otro % tan importante a la vez
(técnico-físico-táctico).
Hay muchas maneras de poder trabajarlo, ya sea de forma
directa o indirecta.
- Directa: Tomando un tiempo de reflexión, charla, preocupación o interés por
cada miembro del equipo cada cierto tiempo, mostrando así un interés humano hacia la persona, en este caso el futbolista. De esta forma favorecemos el desarrollo personal.
- Indirecta: Marcando palabras, frases, expresiones a lo largo del entrenamiento
que den aliento a los futbolistas, o correcciones constructivas ante un ejercicio mal realizado. Están bien los toques de atención contundentes, pero no su insistencia en ellos. Si nos centramos solo
en el ejercicio y no en el logro del objetivo del mismo a base de correcciones no constructivas, y ningún mensaje de aliento o ánimo, sin duda no alcanzaremos el mejor rendimiento de los futbolistas,
y como consecuencia algo importante: el propio objetivo del ejercicio.
Para eso encontramos formas para motivas a los
futbolistas como:
- - Elogiando las acciones acertadas.
- - Apoyando y animando constantemente.
- - Cultivando la confianza en el entrenador y en sí mismos.
- - Por medio de conversaciones individuales e instrucciones grupales.
- - Mediante los logros conseguidos y con refuerzos positivos.
- - Dando al entrenamiento un carácter lúdico.
- - Planteando nuevos retos.
Otros aspectos a tener en cuenta en los propios
jugadores, ya no solo es su motivación sino su presión o ansiedad que viene dada a la falta de confianza y exigencias generadas por ellos mismos o inclusive por los propios entrenadores. Podríamos
decir, de una forma algo directa, que un exceso de motivación (genera presión) y la falta de motivación (genera ansiedad).
Por eso para poder llevar bien el aspecto de la presión
o la ansiedad en los entrenamientos, podemos seguir pasos como:
- - Hablar con los futbolistas.
- - Recordar que es una actividad deportiva y lúdica.
- - Hacer de “confesor” o “padre”. Mostrando serenidad.
- - Por medio de ejercicios entretenidos.
- - Con ejercicios de relajación y concentración.
- - Con metas y éxitos parciales que generan seguridad.
- - Minimizando el fracaso o el propio éxito.
- - Darles a conocer los objetivos.
- - Plantear las metas y objetivos como sencillos y alcanzables.
- - Procurar mejorar de forma gradual no de manera rápida.
…
Recuerda: "El objetivo de un simple
entrenamiento, depende de la concentración, motivación y estado mental de los jugadores, previo al inicio del mismo"