Si preguntamos a cuántos jugadores les gustaría ser como alguno de sus ídolos futbolísticos, los candidatos a seguir los pasos de sus estrellas se elevan. La mayoría intentan imitarlos, pero ¿cuántos lo consiguen? Las estadísticas dicen que sólo entre el 1 y el 3% logran jugar en Primera División, pero como siempre se dice en el argot futbolístico: “las estadísticas están para romperlas”...
Realizados o frustrados, la formación académica debe ser un papel importante, al igual que el deportivo, especialmente en las categorías inferiores. Lleguen o no a jugar en Primera, los jugadores tienen que mirar más allá de la práctica deportiva. Y para que lo consigan, es importante que el objetivo sea formar personas más competentes y jugadores más competitivos para la vida y para el fútbol.
Los que formamos parte del departamento de psicología intentamos motivar y estimular a los jugadores para que no abandonen sus estudios. El deseo de todos nosotros es disminuir el fracaso escolar, muy unido a esos jóvenes valores que se 'pierden' detrás del balón, esperanzados en alcanzar cifras millonarias sin necesidad de llevar un libro bajo el brazo.
No podemos permitir que nuestros jugadores abandonen una parte de su vida, tan importante, como es su formación académica.
Es por eso que en muchos clubes existe un seguimiento extradeportivo, pero que a la vez va interrelacionado con lo deportivo. El entrenador les pide las notas...
Al final de cada trimestre los jugadores tienen que presentar las calificaciones, de las que se da datos a todo el cuerpo técnico del equipo al que pertenecen. Ahí entra el factor humano especialmente cuando el entrenador le pregunta al jugador cuántas le han quedado.
En primer lugar esta claro que la organización para combinar ambas cosas trae su responsabilidad, dedicación y sacrificio... pero como siempre decimos toda recompensa lleva su esfuerzo. Y su recompensa en su futuro.
En segundo lugar, porque después de su retirada con un cierto nivel de estudios su incorporación al mundo laboral será mucho más fácil, incluso en puestos relacionados con el fútbol, como entrenador, coordinador de cantera, directivo en cualquier área, etc. Y en tercer lugar, y no menos importante, porque un jugador con estudios, en la mayoría de los casos, es una persona equilibrada e inteligente, que entiende mejor el mundo del fútbol y que entiende mejor a gente como yo, que le asesora y orienta para tomar las mejores decisiones en cada momento.
De todos modos, por mucho que me preocupe por los estudios de los jugadores, ni soysu profesor ni soy sus padres. La disciplina y el hábito de estudio deben comenzar en casa. Un chico no es buen o mal estudiante porque juegue al fútbol. Cuántas veces he tenido que explicar a padres que prohibir a sus hijos jugar al fútbol por malas notas a casa, no es la solución.
Creo firmemente que cualquier chaval puede combinar el deporte con los estudios, porque lo he vivido en primera persona y lo he visto en muchos jugadores. Unos acabarán la ESO y harán un módulo, otros acabarán el bachillerato y otros incluso comenzarán una carrera universitaria, eso dependerá de cada uno, pero todos lo pueden compaginar con sus carreras deportivas. No todos llegarán al nivel profesional, pero lo importante es que lleguen al mayor nivel que puedan.
No olvidéis: " El fútbol es mucho más que eso ... nunca dejes de lado tu otro futuro"