Ante todo hay que decir que no hay milagros y las prisas son unas de las peores consejeras cuando se trata de alcanzar tus metas. Así que hay que ir por partes:
Estas habituado a la motivación externa, y lo que debes tener con seguridad es que la que seguro puedes conseguir es la más importante y potente: la motivación interna.
Has de imaginarte consiguiendo el objetivo, la meta, logrando el éxito ... y no dejar de imaginarlo nunca. La desesperación y el abandono no deben estar en tu mente.
Has de cambiar el “tengo” por el “quiero”, si estás en un equipo de fútbol no digas: “ tengo que ir a entrenar” sino “quiero ir a entrenar” .
Evolucionar como jugador significa crecer, prosperar y engrandecerte. Se trata de iniciar un proceso de cambio para llevar tus capacidades un paso más allá de tus límites, o almenos lo que hasta entonces creías que eran.
No hay fronteras sino caminos por los que avanzar:
Recuerda: “El árbol de Bambú es el más lento en salir pero el más rápido en crecer”