Para preparar tu temporada y un plan de entrenamiento digno, debes pensar desde el principio en el objetivo que pretendes alcanzar. Esa es la primera etapa obligatoria!
La falta de un objetivo definido puede conducir a una preparación incoherente, desorganizada, mal adaptada y, por último, incompleta, no permitiendo llegar al resultado y al desempeño esperados.
Por el contrario, una estrategia con un objetivo o una meta bien elaborada generan una preparación adaptada y evolutiva, con progresos reales. Para conseguirlo, la formulación de un objetivo debe seguir varias etapas y algunas reglas.
Antes de nada, pregúntate sobre lo siguiente:
Las reglas que debes respetar para el objeivo son las siguientes:
A la hora de establecer objetivos, es importante que no haya un largo tiempo entre cuando se plantea la meta y el momento en la que tienes que conseguirla. Es necesario organizar el número de objetivos mediante plazos que no estén muy distantes.
Así, es conveniente tener en cuenta, para mantener el efecto motivacional de esta estrategia, los siguientes tipos de objetivos:
Objetivos a Largo Plazo: son los primeros que se deben plantear y se refieren al objetivo final, a la meta que generalmente queremos conseguir al término de un trabajo. En el fútbol se suelen referir a la temporada deportiva ("aprender una serie de principios tácticos", "un sistema de juego", "obtener unos beneficios físicos determinados",o algunos más individuales como "jugar un máximo de minutos totales", "no ser suplente más de en un tanto %"...)
Objetivos a Medio Plazo: se trata de pasos intermedios hacia la consecución de los objetivos a largo plazo. La consecución de cada uno de ellos deberá indicar que se está en el buen camino, se está más cerca para la consecución de los objetivos a largo plazo, por lo que los futbolistas mantienen un nivel adecuado de motivación y fortalecen la auto confianza a medida que se van consiguiendo estas metas intermedias progresivas. Es adecuado que se establezcan tanto objetivos de resultado (p.e. "marcar 5 goles en 10 partidos", “no encajar gol en 3 partidos” ) como de realización (p.e. "realizar correctamente la defensa en zona"; "aprender a iniciar el ataque por las bandas" y "acabar en finalización tras centro") para una adecuada motivación y evaluación de lo ocurrido hasta el plazo marcado.
Objetivos a Corto Plazo: es el que de manera prioritaria debe ocupar la atención y la actuación del futbolista y del cuerpo técnico en un periodo de tiempo muy próximo, es decir, el objetivo intermedio más cercano. Suponen un importante efecto motivacional siempre y cuando el futbolista perciba que es un paso hacia la consecución del objetivo a largo plazo, y pueden ser de resultado ("ganar el siguiente partido"; "marcar gol en el próximo partido";"conseguir mínimo 5 puntos en 3 partidos") o de realización ("mejorar el tiro desde fuera del área"; "mejorar el cambio de juego" ...).
Así, es adecuado establecer correctamente los objetivos en el tiempo, empezando por los de largo plazo y progresivamente añadir los pasos intermedios (objetivos intermedios progresivos o medio plazo, a corto plazo e inmediatos) que nos llevará a la consecución del objetivo final o a largo plazo.
En resumen y de forma más directa:
Objetivos Largo Plazo: aquellos que sabemos que los lograremos con el transcurso del tiempo no de hoy para mañana.
Objetivos Medio Plazo: aquellos que sabemos que los lograremos a medida que se acerca el objetivo final.
Objetivos Corto Plazo: aquellos que sabemos que los podemos lograr de hoy para mañana y que vamos ampliando.
Recuerda: "Una buena planificación de Objetivos hace más próximo el alcance de tus metas"